Edén Pastora: un hombre controversial

De  la redacción

Edén Pastora fue un hombre crucial en la revolución nicaragüense de los años 70. Su carisma e historia marcaron el destino de un guerrillero que cobró fama, tanto en su país natal, como internacionalmente. Durante su lucha revolucionaria en contra del régimen autoritario somocista, se fue construyendo una leyenda más que un proyecto político definido que acabó como una figura en suma controversial.

Nacido en 1936 en la ciudad de Netapa, Nicaragua. Fue testigo de la muerte de su padre a manos de la Guardia Nacional. En una entrevista hecha por Donald Castillo Rivas en Costa Rica expresa que a raíz de aquel homicidio “las únicas palabras que flotaban en mi casa eran venganza y justicia”. Así creció entre cinco hermanos y una viuda que intentó sacar adelante a sus hijos.

Edén Pastora cursó estudios en un colegio jesuita y posteriormente cursó sólo dos años de la carrera medicina en la Universidad de Guadalajara, en México. Durante su estancia, conformó un comité de nicaragüenses revolucionarios. No obstante, su carrera se vio frustrada por sus convicciones revolucionarias; decidió regresar a Nicaragua y formar parte de un movimiento guerrillero de corto alcance.

A principios de los años 60 empezó su vida revolucionaria y formó parte del primer Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). No obstante, su intento de sublevación no tuvo éxito y permaneció en los territorios inhóspitos de la selva nicaragüense.

Al regresar, gracias a una amnistía, inició una corta carrera política en Nicaragua. Se adicionó con Agüero[1] y organizó un golpe de Estado que fue descubierto, lo que ocasionó su encarcelamiento a manos de la Guardia Nacional.

Años después, Edén Pastora se sumó a las filas del nuevo FSLN como jefe del frente sur. Así, el 22 de agosto 1978 en Managua,  el “Comandante Cero” realizó un acto arriesgado pero que le proporcionó fama y prestigio internacionalmente, al tomar Palacio Nacional (el cual era sede el poder legislativo) y demostrar que la dictadura de Somoza estaba perdida.

Desde ese momento la imagen de Pastora tomó fuerza simbólica entre el movimiento y la población nicaragüense. Edén Pastora era visto como el nuevo revolucionario y libertador, comparado con Bolívar en años pasados.

Sin embargo, la figura de Pastora era sólo una imagen de un movimiento en el que él mismo era excluido. Los sandinistas influyentes observaban al guerrillero como una forma de captar apoyo internacional y con el vulgo nicaragüense, pero jamás como un político con la capacidad de gobernar.

El apoyo de Fidel Castro, presidente de Cuba, terminó por dejar a un lado a Pastora de toda participación política. “Los cubanos habían observado que Pastora sentía debilidad por las entrevistas de prensa y que sus declaraciones eran a menudo contradictorias”[2].

Mientras en su frente Edén Pastora combatía contra Emilio Salazar en la frontera de Costa Rica, los sandinistas avanzaron hasta llegar a la capital nicaragüense. Al “Comandante Cero” no se la permitía avanzar y mucho menos se deseaba su triunfo, puesto que las fuerzas sandinistas excluían a Pastora de cualquier maniobra política. En esto la influencia cubana entre el movimiento sandinista determinó que Pastora no estuviera entre los hombres revolucionarios ilustres.

“Después del triunfo sandinista, las cosas marcharon mal para Pastora, especialmente en lo relacionado con las nuevas estructuras del gobierno donde era una figura decorativa y no tenía más prerrogativas que las de disfrutar un consumo y bienestar semejante al de otros muchos funcionarios de menor jerarquía”[3].

Edén Pastora, el «Comandante Cero»

Sin más remedio y con el orgullo enterrado por un movimiento del que nunca tuvo un reconocimiento más que publicitario, dejó Nicaragua en 1981 con el pretexto de “esparcir su semilla revolucionaria en todo el mundo”. No obstante, la incursión en el extranjero acabó pronto y sin éxito al tratar de intervenir en las fuerzas guatemaltecas.

Con el ánimo combatiente y con un orgullo devastado, regresó a Managua con la consigna de estar en contra del régimen sandinista, donde él mismo combatió, bajo la excusa de que la revolución fue bajo los intereses cubanos y la URSS.

Para llevar a cabo su movimiento, en Panamá se reunió con personas de la CIA y meses después formó parte clave de la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) junto con Fernando “El negro” Chamorro, Alfonso Robelo, y Brooklyn Rivera. Fue tal la sorpresa que los medios se volcaron a cubrir el movimiento y Pastora fue la primera plana de muchos periódicos.

Sin embargo, el ego del revolucionario Pastora acabó por terminar con la fuerza mediática del ARDE y con ello las posibilidades de un cambio en Nicaragua. En vez de reorganizar su frente en contra del sandinismo, el dirigente se enfocó a conceder entrevistas y a recordar su pasado histórico. “para ‘Cero’ era más importante reafirmar su pasado histórico que organizar un frente sur combativo y hegemónico dentro de la contra”[4].

Edén Pastora pasó a ser un individuo que continuamente se contrariaba y contradecía. Las entrevistas con la prensa y dirigentes internacionales se convirtieron en discursos de alabanza propios de Pastora, lo que ocasionó que se negaran los apoyos de El Salvador y Guatemala para la misión de la Contra. Al final, la Contra conformada por el ARDE fracasó por las acciones de Edén Pastora.

En el año 2001 se dio a conocer, en voz propia de Edén Pastora, que vivía sus últimos momentos con una crisis económica severa que lo obligaba a vender su patrimonio. Hace algunos años caminaba por las calles, la gente lo conocía por la fama de liderar la gesta histórica de la toma al Palacio Nacional el 22 de agosto de 1978. «Pero la fama no da de comer», finalizó Edén Pastora en una entrevista para el periódico nicaragüense El nuevo diario en 2001[5].

Sin embargo, en 2009 el presidente Daniel Ortega lo reconoció con la orden “Carlos Fonseca” para conmemorar el 30˚ aniversario de la toma de Palacio Nacional[6].




[1] Político nicaragüense que en las elecciones de 1967 ganó varios departamentos. Junto con Edén Pastora organizó un golpe de Estado fallido en 1967.

[2] Castillo, Rivas Donald. Gringos, contras y sandinistas. Colombia, Tercer Mundo Editores, 1993. p. 80.

[3] Ibídem,. pp. 83.

[4] Ibídem,. pp. 85.

[5] Galeano, Luis. Edén Pastora vende todo para volver a empezar. El Nuevo Diario, domingo 7 de enero del 2001. Consúltalo

[6] Tena, Carlos. Entrevista exclusiva con el comandante “cero”. Revista en línea Kaos en la Red. 29 de octubre del 2009. Consúltalo

Deja un comentario